Primer Consejo Nacional Indígena y no fui Invitado, un nuevo error no forzado

Cómo ya se ha vuelto costumbre en este Gobierno, se censura a todos quienes piensan distinto, a todos quienes no están de acuerdo con sus decisiones o a quienes quieren aportar desde cualquier sector, mirada o representación, mientras no sea la de su círculo “cercano”.

 Yo también soy de un pueblo originario, vivo en una región fronteriza y extrema, soy ingeniero comercial, fui Consejero Regional en Arica y Parinacota, además obtuve casi 7.000 votos de confianza como candidato a diputado. Todo esto, me valida en mi posición también ganada, como Consejero Nacional Indígena ante la Conadi, que se desconoció en la actividad junto al actual Presidente Gabriel Boric, al no ser invitado.

Tengo mucho que aportar y trabajar por nuestros pueblos, mis coterráneos que más nos necesitan no ven colores ni sectores políticos, porque las demandas son producto del abandono de todos los sectores y gobiernos. Seguir cruzándonos en diferencias políticas, sólo entorpece aún más la gestión cercana y comprometida  que hoy es necesaria.

Nuestra gente, necesita soluciones, no necesita tanto diálogo como herramienta clave de la administración actual, necesitan que las autoridades tomen decisiones y tengan voluntad para destinar a través de la inversión, la materialización de proyectos concretos.

En el norte aún hay comunas indígenas sin energía eléctrica, sin agua potable, sin alcantarillado sin conectividad y sin comunicación, en la mayoría de las localidades sólo quedan adultos mayores, porque los jóvenes emigran buscando soluciones en la capital regional o fuera de su tierra. Los programas que hoy tiene CONADI y otras reparticiones de Gobierno, no llegan a la mayoría de nuestra gente, pero no es por falta de diálogo, es por falta de voluntad, mi gente está aburrida de dialogar y decir cada vez todo lo que falta.

Es inaceptable que desde el 13 de abril que fuimos ratificados por Contraloría General de la República, recién ayer se realice el primer consejo y que no inviten a todos. Esto muestra un nuevo error no forzado de quienes hoy tienen la obligación de dirigir un país y de cumplir con cada una de las promesas que hicieron en campaña, Chile no se arregla con unos pocos y no cambia porque llega una nueva autoridad, Chile cambiará cuando todos y todas pongamos de lado las ambiciones personales y empecemos a trabajar.